martes, 25 de agosto de 2015

Un amor de cine



Era de gesto serio, con una mueca a modo de sonrisa cuando intentaba dulcificarlo, que era pocas veces. La mirada retadora, audaz, y el sombrero de medio lado completaban sus inconfundibles señas de identidad. No carecía en absoluto de atractivo, aunque cualquier mujer le hubiera pedido que se despojara definitivamente del abrigo y el manido cigarrillo que se empeñaba en sostener entre los labios. Quizás fuera su absurdo talismán contra el cáncer, claro que en su época poco o nada se sabía sobre eso. El era un tipo en blanco y negro.

Ella coleccionaba lacas de uñas y trajes de noche de todos los tonos posibles. Se diría que si sus labios no lucían rojos como fresas tempranas pidiendo a gritos un bocado, o un beso en el mejor de los casos, no se sentía ella misma. Era preciosa, sin peros, una pelirroja de medidas esculturales y largas pestañas postizas que, sin ser suyas, había aprendido a manejar con maestría. Pocos podían resistirse cuando decidía poner en funcionamiento todas sus armas de seducción. Ella era la mujer a todo color por excelencia.

Coincidieron por azar en una publicación veraniega de las que rellenan espacios en el suplemento dominical. Seguramente se trataba de un artículo sobre la trayectoria del cine o algo parecido.

El flechazo fue, como cabía esperar en estos casos, en color sepia. Una historia sobre estrellas de papel y corazones de celuloide.

Julia C.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Nada de nada



Mucho antes que el bronceador o los tapones de los oídos. La tablet fue casi lo primero que puse en aquel montón dispar de objetos que debía acompañarme durante las vacaciones. Lo cierto es que no pensaba escatimar en recursos para complacer a la caprichosa Inspiración, no fuera a asaltarme por sorpresa y no me encontrara preparada.



Después, cuando deshice el equipaje una vez alcanzado el destino que habría de ser nuestra tierra prometida durante los próximos quince días, me apresuré a elegir un sitio de honor donde colocar mi flamante instrumento de crear “maravillas literarias”. Si cansada, acalorada y deseando irme había sido capaz de escribir unas cuantas cosas más o menos aprovechables, cuanto más no sería capaz de escribir allí, dueña de alquiler de unas vistas estupendas y feliz merecedora de toda la brisa del mar. La cosa prometía, sin duda.



Hasta ahí un plan perfecto.



Pero una vez de vuelta, algo más bronceada y con el contador de mis horas de sueño en positivo, ni siquiera hizo falta descargar mi pen drive verde limón en el pc. No había duda posible acerca de lo que contenía: absolutamente nada. No había escrito ni una sola letra en todas las vacaciones.



A veces tenía alguna idea, apenas el esbozo de una historia intentando abrirse paso entre la espesa pereza de mis neuronas, pero siempre acababa por diluirse el argumento en la nada, como un castillo de arena mal construido. No hay batalla estival que un relato pueda vencer si la desidia invita desplegando todas sus armas.



¿Y entonces? Entonces han sido unas vacaciones de desayunos tardíos en la terraza y charlas untadas en el pan junto a la mantequilla; de hamacas a la sombra frente al agua más azul que una pupila pueda ambicionar; de risas bobas y caricias traviesas a la hora de la siesta, siempre prolongada más allá de lo razonable; de largos ratos de lectura entre silencios y suspiros, a veces compartidos, a veces intercambiados; de larguísimos paseos al atardecer en busca de un helado que nos recordara a Italia; de saludable cansancio tras unos cuantos largos de piscina, cada día medio más; de excursiones en misión de exploración, pamela y cámara de fotos en ristre, buscando colores que se reservan a los turistas que quieren ver, además de mirar… En definitiva, de mil detalles nimios de esos que hacen tan importantes y tan inolvidables las vacaciones.



No he escrito nada de nada, pero lo cierto es que tampoco me arrepiento.



Ya tendré ocasión cuando los días sientan la misma añoranza que yo de las horas de luz y sol, ¿verdad?



Julia C.

Código 1508194908229
Fecha 19-ago-2015 9:55 UTC
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viernes, 14 de agosto de 2015

Blanco

amor-blanco



Dejo vagar lánguido el pensamiento y estas sábanas inmaculadas se me antojan lienzo perfecto donde plasmar amores con nuestro sudor. Mi cuerpo está dormido, sin ganas, también en blanco, y por eso te llamo a mi lado. Me gustará recorrer contigo el largo y tortuoso camino que va desde la desgana hasta el orgasmo.


(Acaríciame como si no me desearas, te pido, como si solo fueras la ropa que me cubre. Bésame en los labios pausado, como si tus dedos bien adiestrados no ansiaran  obrar lluvia caliente dentro de mí).


Trato de aparentar un desdén que no siento, negando el deseo, pero un suspiro traidor escapa de mi garganta al notar tu erección y tu aliento cálido cabalgándome la piel. No quiero que veas mi sonrisa vencida, ni mis ojos cerrados, ni el rosa de mis pezones tornado en rojizo rubor. Te ofrezco valiente la espalda en un intento de prolongar el juego.


(Esconde una promesa y un susurro bajo el pelo de mi nuca, te pido. Dibújame eses sinuosas e infinitas con la yema de tus dedos, estreméceme con tu proximidad audaz).


La inevitable espiral que enciende mi sexo crece inexorable, y a cada centímetro que gana, va extendiendo un incendio en mis entrañas. Empiezo a sentir el desespero odioso de no tenerte dentro de mí, el anhelo imposible de calmar si no es con tu cuerpo acoplado al mío en frenética comunión.


(No tengas piedad, te pido. Regálame ese dolor que será también placer cuando la lascivia devoradora de tu boca marque mi cuello, mis muñecas. No cedas a mis súplicas, sométeme, hazme gritar).


Y después la calma blanca de nuevo, el acompasar de las respiraciones, la extinción de esa marea placentera de contracciones. Nacen nuevas caricias teñidas de ternura, de agradecimiento, y languidecen las palabras en el inútil intento de repetir lo que ya han dicho los cuerpos.


Julia C.


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Fecha de registro: 14-ago-2015 18:05 UTC 

jueves, 6 de agosto de 2015

Felicidad

Julia C.

De premios y refranes



Siempre me ha gustado el refranero español. Será porque estoy acostumbrada a oír en casa de mis padres esas sentencias, cargadas de razón la mayoría de las veces, que constituyen una forma de sabiduría popular.



Hay uno que dice “es de bien nacidos ser agradecidos”, y he pensado que si hay que abandonar el “retiro vacacional” por una buena razón, que sea para agradecer a los compañeros de blog su inmensa generosidad para conmigo.



Lo hago a destiempo y con retraso, lo sé, y pido disculpas por ello. Pero no será a vosotros a quienes tenga que explicar que el tiempo no nos llega para todo aquello que deseamos hacer en la mayoría de las ocasiones.



Así pues con este post dejo constancia de que acepto encantada, ilusionada, agradecida y feliz todos los premios que se me han concedido.



En su post de nominaciones Campanilla Feroz decía, más o menos, “algunos de mis nominados ya tenéis muchos premios, pero quiero que los volváis a tener”.Yo tengo algunos de ellos, es cierto, pero no por eso me parece menos importante una nueva nominación o me cansa, todo lo contrario. No hay que dormirse en los laureles y es importante que de vez en cuando alguien te recuerde que vas bien, o justo lo contrario, que has dejado de tomarte el interés que deberías para mantener a punto tu blog.



En fin, no me enrollo más que tendréis calor y estaréis deseando zambulliros en la piscina, así que paso a dar las gracias a:



- Beatriz Martín Piña (Mi pasión las palabras) y Campanilla Feroz (Las letras suicidas) por concederme el premio “Best Blog”



- Oscar Ryan (Mi pequeña biblioteca) y Juan Cabezuelo (Letras entre vías) por concederme el premio “FT”



- Jorge Hernández (En el rincón más oscuro) por concederme el premio “Dardos”

Ahí es nada, ¡mucho más de lo que merezco! Gracias de todo corazón.



Ahora tocaría hacer las pertinentes nominaciones, pero espero que me disculpéis por omitirlas en esta ocasión. Tendría que buscar a treinta compañeros cuyos blogs me gusten, ¡¡y son muy pocos!!



A cambio haré una mención especial para todos aquellos que este verano han mantenido vivas las diferentes comunidades con su trabajo y su talento. Es una gran tentación entregarse al ocio y al relax en este tiempo, así que bravo por su constancia, su dedicación y su generosidad. ¡¡Un gran aplauso y todo mi reconocimiento, chic@s!!



Besos y abrazos veraniegos. ¡Nos leemos!